¿Qué son las amígdalas y para qué sirven?
Las amígdalas palatinas son dos acúmulos de tejido linfoide situados a ambos lados en el fondo de la orofaringe, delimitadas por la llamada cápsula amigdalina, que las separa de estructuras más profundas.
Están recubiertas por epitelio respiratorio que se dispone formando criptas, que les dan su aspecto característico, y facilitan el contacto de las sustancias que penetran en la boca con el tejido linfático.
Tienen una función defensiva, al reconocer a los microbios patógenos con los que entran en contacto, estimulando la respuesta inmunitaria frente a ellos y contribuyendo así a proteger a la mucosa respiratoria y digestiva de infecciones. Esta función inmunológica la realizan junto al resto de estructuras que forman el llamado anillo de Waldeyer: las amígdalas faríngeas, conocidas también como adenoides o vegetaciones, las amígdalas tubáricas o de Gerlach, situadas en la rinofaringe junto al orificio de la trompa de Eustaquio, las amígdalas linguales de la base de la lengua y el tejido linfoideo situado de manera difusa en la pared faríngea y en el paladar blando.
No obstante, las amígdalas pueden ser a su vez causa de enfermedad, infectarse crónicamente por virus y bacterias y dejar de tener la misión defensiva que se le atribuye. Se convierten entonces en una fuente de problemas que pueden repercutir en todo el organismo, por lo que puede hacerse necesaria su extirpación.
¿Qué es la amigdalectomía intracapsular?
La amigdalectomía es una cirugía que consiste en la extirpación de las amígdalas palatinas, y continúa siendo una de las cirugías más realizadas en otorrinolaringología, especialmente en niños.
La técnica de la amigdalectomía ha ido evolucionando a lo largo de la historia, pero en todas las técnicas clásicas se realiza la extirpación completa de la amígdala con su cápsula, lo que habitualmente se acompaña de dolor postoperatorio intenso, y puede dar lugar a complicaciones tales como hemorragia, dificultad en la alimentación y deshidratación.
La amigdalectomía intracapsular consiste en la extirpación de la mayor parte del tejido linfático de la amígdala, conservando su cápsula, por lo que no se dañan grandes vasos sanguíneos ni los músculos faríngeos subyacentes, lo que se traduce en una importante disminución del dolor postoperatorio y de la incidencia de hemorragias intra y postoperatorias, así como en una recuperación más rápida. La eficacia en la resolución de los problemas por los que se indica la cirugía es similar que con cualquier otra técnica.
¿Cuándo debe realizarse una amigdalectomía?
Las principales indicaciones para la realización de una amigdalectomía son:
- Hipertrofia amigdalar o amígdalas excesivamente grandes que provocan obstrucción de la vía respiratoria superior, generando ronquidos e incluso síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS).
- Amigdalitis caseosa o acúmulo en las criptas amigdalinas de detritos celulares, moco y restos alimenticios, degradados por la acción de las bacterias de la boca, originando molestias, inflamaciones frecuentes y halitosis.
- Amigdalitis aguda de repetición (más de 5 episodios al año) o complicada con formación de abscesos periamigdalinos o afectación cardiaca, renal o articular.
¿Qué ventajas aporta el bisturí de plasma?
Con el bisturí de plasma se crea un campo electrolítico con la suficiente energía para destruir los enlaces moleculares en los tejidos, haciendo que de este modo las moléculas se separen unas de otras, obteniendo como resultado una reducción focalizada y controlada del volumen tisular. La energía no atraviesa directamente el tejido, por lo que el calor transmitido es limitado, manteniendo una temperatura de trabajo controlada en unos niveles mucho más bajos (40-70ºC) que con el electrobisturí tradicional (250-350ºC).
La disminución de la generación de calor y la mayor precisión que permite la tecnología de plasma se traducen en una menor inflamación de los tejidos sanos adyacentes, una disminución significativa del dolor postoperatorio y una cicatrización más rápida, lo que facilita la reducción del tiempo de recuperación.