El barotrauma de oído externo es muy poco frecuente, ya que habitualmente el conducto auditivo está abierto al exterior, por lo que no presenta ningún problema con los cambios de presión ambiental.
Sin embargo, cuando el conducto auditivo externo está obstruido, como en el caso de la presencia de tapones de cerumen o artificiales, se crea una cavidad entre el obstáculo y la membrana timpánica que si no equilibra bien las presiones durante el descenso puede dar lugar a un barotrauma implosivo, con impactación del tapón y lesión de la piel subyacente.
El síntoma más usual es el dolor de oído u otalgia.
El tratamiento consistirá en la extracción del tapón impactado y la administración de gotas antibióticas y antiinflamatorias, habitualmente suficiente.
Se recomendará también evitar la entrada de agua en el conducto hasta la curación de las lesiones.
Para prevenir la aparición de este cuadro, se aconseja la revisión y limpieza de oídos previa, y evitar el uso de tapones para el buceo.