Uno de los síntomas y de las principales secuelas del COVID-19 es la anosmia o pérdida del olfato. La incidencia varía en función de la cepa del virus que es predominante en cada momento, pero se estima que aproximadamente un 60% de los pacientes contagiados desarrolla este síntoma tras un periodo de 2 a 14 días tras la exposición al virus,
Qué es la anosmia
La anosmia es la pérdida total del olfato. Esto conlleva además la disminución de la capacidad para percibir los sabores, por lo que se relaciona directamente con pérdida del sentido del gusto (ageusia).
Hasta la llegada de la pandemia del COVID-19, las causas más comunes de la anosmia eran las obstrucciones nasales provocadas por alergias e infecciones de las vías respiratorias superiores (como el resfriado o la gripe), entre otras muchas causas, como infecciones por otros tipos de virus.
Sin embargo, con la llegada del SARS-CoV-2, la gran incidencia de la enfermedad entre la población y el alto porcentaje de pacientes afectados por anosmia, esta enfermedad se ha convertido en la principal causa de anosmia a nivel mundial.
Por qué el COVID-19 provoca anosmia
Las investigaciones sobre la pérdida de olfato por el coronavirus siguen avanzando, pero los últimos estudios publicados determinan las posibles causas por la que la COVID-19 provoca anosmia.
Inicialmente había diferentes teorías en este sentido, como que el virus atacaba a las neuronas olfativas a través de receptores Ace-2 o como que un edema transitorio a nivel de la hendidura olfativa impedía el paso del aire que lleva las moléculas del olor a las células nerviosas olfativas.
Sin embargo, los últimos estudios indican que la anosmia es provocada por dos causas principales:
- Por la inflamación nasal, el edema de la mucosa y la obstrucción del flujo de aire hacia la rima olfatoria
- Por la inflamación directa de la mucosa olfativa con la consecuente degeneración del neuroepitelio olfativo.
¿Qué hacer si he perdido el olfato debido al COVID-19?
En la mayoría de los casos la anosmia provocada por COVID-19 es temporal y el olfato se recupera de manera natural transcurridos unos días desde que se contrajo la enfermedad. Sin embargo, hay pacientes que padecen este síntoma durante meses, pudiendo, incluso, quedarse como una secuela permanente.
Si la pérdida de olfato y gusto se mantiene, es aconsejable acudir al otorrinolaringólogo para que haga un estudio completo y valore el mejor tratamiento para cada caso.
En la actualidad no hay evidencia de ningún tratamiento farmacológico eficaz para la anosmia post viral, pero el entrenamiento o rehabilitación olfatoria puede ayudar a regenerar las células neurosensoriales olfatorias y a recuperar más rápidamente el olfato.
Este entrenamiento consiste en dar al paciente 4 fragancias pertenecientes a distintas familias de olores para que las huela varias veces al día durante 12 semanas e ir anotando su evolución. Pasado este tiempo se repetirán los tests para ver si ha habido recuperación total o parcial.
En caso de mejoría incompleta, se le darán otras cuatro fragancias y se repetirá el proceso.
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