La enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19), también conocida como Síndrome Respiratorio Agudo Severo por Coronavirus 2 (SARS-CoV-2) es la enfermedad infecciosa causada por un nuevo coronavirus, cuyo primer brote fue identificado a finales de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, China.
Su extensión está siendo de tal magnitud que el 11 de marzo del 2020 ha sido declarada pandemia por la OMS.
Desde Altiorem queremos proporcionarles información y algunas recomendaciones que pensamos pueden ser de utilidad.
¿Qué es un Coronavirus?
Los coronavirus son una amplia familia de virus, de los cuales se conocían ya siete que causan infección en el ser humano. Se sabe también que algunos coronavirus que típicamente afectan sólo a animales pueden evolucionar y empezar a ser infecciosos para el hombre.
El coronavirus tiene una estructura esférica, formada por un núcleo central constituido por una cadena de ácido ribonucleico (ARN), que es el genoma o material genético del virus, rodeado de una matriz proteica o cápside, junto con la que constituye la nucleocápside. Alrededor de esta matriz hay una envoltura formada por lípidos y diversos tipos de glicoproteínas, que portan los principales antígenos y algunas de las cuales, las de la superficie, son las responsables de la unión a las células del huésped.
¿Cómo se adquiere esta infección?
La infección por el virus COVID-19 es una infección respiratoria, y como tal, se transmite de persona a persona a través de las gotitas que se generan cuando una persona infectada tose o estornuda o incluso cuando habla.
La contagiosidad de una persona es tanto mayor cuanto mayor es la cantidad de virus presente en sus vías respiratorias.
El contagio puede producirse de manera directa o indirecta. La transmisión directa es la que se produce al estar en la proximidad (a menos de 2 metros) de una persona infectada, de manera que las gotitas respiratorias potencialmente infecciosas de ésta entren en contacto con la mucosa de la nariz o la boca, o la conjuntiva ocular de una persona sana. La transmisión indirecta puede tener lugar por contacto con superficies u objetos contaminados. Se ha demostrado que los coronavirus humanos pueden permanecer activos en superficies inanimadas como metal, vidrio o plástico a temperatura ambiente hasta varios días. La permanencia de SARS-CoV-2 viable en superficies de cobre, cartón, acero inoxidable, y plástico ha sido de 4, 24, 48 y 72 horas, respectivamente cuando se mantiene a 21-23 ºC y con 40% de humedad relativa, siendo los resultados muy similares a lo observado con otros coronavirus. A una temperatura de 30 °C o más, la duración de la persistencia es menor.
La trasmisión a través de las heces es otra hipótesis para la cual no existe evidencia en esta epidemia hasta la fecha. Las manifestaciones clínicas gastrointestinales, aunque presentes, no son demasiado frecuentes en los casos de COVID-19, lo que indicaría que esta vía de transmisión, en caso de existir, tendría un impacto menor en la evolución de la epidemia.
Los datos de los que se dispone hasta la fecha parecen indicar que no hay transmisión vertical, es decir, que las mujeres embarazadas afectadas no se lo transmitirían a sus hijos.
Por último, recientemente se ha sugerido que la vía aérea podría ser una vía de transmisión de la infección, al haber demostrado de manera experimental la viabilidad de SARS-Cov-2 durante varias horas en pequeñas partículas en el entorno de pacientes enfermos, especialmente en circunstancias y entornos específicos en los que se realizan procedimientos o tratamientos de soporte que generan aerosoles, como son la intubación endotraqueal, la broncoscopia, la administración de tratamiento nebulizado, la ventilación manual antes de la intubación, la CPAP, la traqueotomía o la reanimación cardiopulmonar, entre otros.
¿Cuáles son los síntomas de la infección por COVID-19?
La infección por COVID-19 puede cursar de manera variable, desde un modo totalmente asintomático o con síntomas catarrales leves hasta un importante distrés respiratorio e incluso la muerte en algunos grupos de riesgo.
Desde el momento en el que se contrae el virus pueden pasar varios días antes de la aparición de algún síntoma; este intervalo es lo que se conoce como periodo de incubación. En España, el período medio de incubación es de 5-6 días, con un rango que va de 0 a 20 días.
Debido a que la infección por COVID-19 afecta fundamentalmente al aparato respiratorio, los síntomas que se presentan con mayor frecuencia son:
- Fiebre
- Tos
- Escalofríos
- Dolor de garganta
- Astenia o malestar general
- Disnea o dificultad para respirar
Aparte de los síntomas generales y respiratorios, más de un 30% de los casos presentan clínica digestiva:
- Diarrea
- Vómitos
- Dolor abdominal
Otros síntomas menos frecuentes que también se han descrito son:
- Síntomas neurológicos, como mareos, alteración del nivel de conciencia, neuralgias, anosmia o pérdida de olfato, hipogeusia o pérdida del sentido del gusto.
- Síntomas cardiológicos, relacionados con la aparición de daño miocárdico agudo o fallo cardiaco.
- Síntomas oftalmológicos, como ojo seco, visión borrosa, sensación de cuerpo extraño o congestión conjuntival.
El tiempo medio desde el inicio de los síntomas hasta la recuperación es de 2 semanas cuando la enfermedad ha sido leve y de 3 a 6 semanas cuando ha sido grave o crítica. El tiempo entre el inicio de síntomas hasta la instauración de síntomas graves como la hipoxemia es de 1 semana.
¿Cuáles son los grupos de mayor riesgo?
Hasta la fecha, los factores que se ha visto que se asocian a una mayor gravedad de la enfermedad y a un peor pronóstico son:
- La edad: a mayor edad, mayor tasa de hospitalización y muerte. El riesgo se incrementa significativamente a partir de los 60 años. Los niños se pueden contagiar y ser transmisores de la enfermedad, pero rara vez presentan síntomas graves.
- El sexo masculino: la proporción de hombre afectados es ligeramente superior (51-52%) a la de mujeres, y su tasa de letalidad es significativamente mayor.
- Las comorbilidades o presencia previa de otras patologías, especialmente enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial, diabetes, enfermedades pulmonares crónicas, hepatopatía crónica, cáncer, e inmunodepresión.
¿Cómo se diagnostica la infección por COVID-19?
El diagnóstico del SARS-CoV-2 se puede realizar mediante tres tipos de test: la PCR, la serología y los test rápidos,
La PCR (siglas en inglés de reacción en cadena de la polimerasa), es una técnica de laboratorio que permite detectar y amplificar un fragmento del material genético (ARN) del virus, en una muestra de la persona sospechosa de estar infectada, siendo las muestras más utilizada, por su facilidad de obtención, los exudados faríngeo y nasofaríngeo.
Si la prueba es positiva, es decir, cuando se detecta ARN del virus, se confirma que ese individuo está infectado.
Las principales ventajas de la PCR son su alta especificidad, ya que puede diferenciar entre dos microorganismos muy parecidos, su elevada sensibilidad, pues es capaz de detectar cantidades muy pequeñas de material genético viral y su carácter precoz porque detecta virus en las primeras fases de la infección respiratoria.
La mayor desventaja de la PCR en caso de urgencia y de pandemia es que tarda varias horas en determinar si una persona está infectada o no, lo que, a su vez, limita el número de pruebas diagnósticas que puede realizar al día cada laboratorio. Afortunadamente, parece que en breve se van a comercializar sistemas rápidos de PCR (menos de una hora) que permitirán el diagnóstico rápido y correcto de los pacientes. Algunas de estas pruebas ya tienen la aprobación de la FDA y se espera en un futuro inmediato el marcado CE.
Las pruebas serológicas de COVID-19 permiten detectar, mediante una técnica de laboratorio específica denominada ELISA si una persona presenta en sangre anticuerpos IgM o IgG.
Los anticuerpos IgM son marcadores de infección reciente y duran poco tiempo en el cuerpo. Se empiezan a detectar en un 90% de los casos alrededor de los días 4-7 de la infección, siguen aumentando hasta el día 14 y después empiezan a disminuir. Los anticuerpos IgG permanecen más tiempo, se detectan un poco más tarde, alrededor de los 10 días, aumentan hasta las 3 semanas y van descendiendo de forma gradual. Su presencia no indica necesariamente que ya no se esté infectado.
Se recomienda realizar ambos marcadores para una valoración cuantitativa de anticuerpos y mejorar la sensibilidad diagnóstica.
Los denominados test rápidos de COVID-19 permiten conocer en 10-15 minutos si una persona está infectada por este coronavirus. Se basan en el diagnóstico indirecto mediante la técnica de inmunocromatografía en papel de la presencia del virus mediante la detección de antígenos (proteínas) del virus presentes en el exudado nasofaríngeo, o, más frecuentemente, de anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre.
La principal ventaja de los test rápidos, además de la inmediatez en la obtención de resultados, es su facilidad de realización y su menor coste, lo que permite su realización a mayor número de personas, siendo muy útil como método de cribado. Además, en caso de ser positivo, permite diferenciar entre IgM (infección activa) e IgG (infección ya pasada/sujeto inmune).
Por el contrario, los mayores inconvenientes de los test rápidos son la existencia de un periodo ventana, o fase que transcurre desde que un individuo se contagia hasta que los anticuerpos frente al virus son detectables, y la menor especificidad, y sobre todo la menor sensibilidad de la prueba respecto a la PCR. Así, cuando un test rápido da positivo, es altamente probable que realmente el individuo lo sea; sin embargo, cuando el test da negativo, existe una probabilidad no despreciable de que realmente esté infectado, por lo que, si existe una sospecha razonable, debería valorarse hacer en este caso una PCR para contrastar resultados
Además de las pruebas para diagnosticar la presencia del virus, en el estudio del SARS-CoV-2) puede ser necesario realizar otras pruebas, tales como radiografías de tórax o analíticas de sangre para conocer el grado de afectación, e incluso el pronóstico de un paciente, y así poder determinar mejor la línea de tratamiento a seguir.
Interpretación de los resultados de los test. SOCIEDAD ESPAÑOLA DE INMUNOLOGÍA
¿Cómo se trata la infección por COVID-19?
A día de hoy aún no tenemos un antiviral específico para tratar la infección por COVID-19; los pacientes infectados deben ser tratados con cuidados y medidas de soporte general para el alivio de los síntomas, y en casos más severos puede llegar a ser necesario el ingreso y el soporte respiratorio.
En determinados casos, especialmente en pacientes ingresados, se están utilizando algunos fármacos como la hidroxicloroquina, algunos medicamentos antirretrovirales, interferón β y algún medicamento biológico, con buenos resultados. También se ha propuesto el uso de plasma de pacientes ya inmunizados para tratar a enfermos o prevenir el desarrollo de la enfermedad en personal expuestas, como el personal sanitario, pero todavía se encuentra en fase experimental.
En el momento actual distintos centros de investigación a nivel mundial se encuentran trabajando para tratar de desarrollar una vacuna frente al COVID-19 que permita detener esta pandemia de manera segura y eficaz lo antes posible.
¿Cómo prevenir la infección por COVID-19?
Las medidas de prevención para evitar el contagio por COVID-19 son bien conocidas e incluyen:
- Realizar una higiene de manos frecuente (lavado con agua y jabón o soluciones alcohólicas), especialmente después de contacto directo con personas enfermas o su entorno.
- Evitar el contacto estrecho con personas que muestren signos de afección respiratoria, como tos o estornudos.
- Mantener una distancia mayor de un metro con las personas con síntomas de infección respiratoria aguda, y a ser posible con todas las personas de su entorno. Siempre que sea posible, llevar mascarilla.
- Cubrirse la boca y la nariz con pañuelos desechables al toser o estornudar, tirarlos tras su uso, y lavarse las manos lo antes posible. En su defecto, cubrirse la nariz y la boca con la flexura del codo.
- Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, ya que las manos facilitan la transmisión
- Realizar una limpieza de las superficies potencialmente expuestas con soluciones de hipoclorito sódico al 0,1%
- Limpiar con frecuencia los objetos de uso diario (teléfono móvil, gafas…) con agua y jabón, toallitas desinfectantes o alcohol.
- En casa, mantener una buena higiene, evitar compartir los objetos de uso personal tales como vasos, cubiertos, cepillos de dientes o toallas, lavar la ropa a temperatura no inferior a 40ºC y limpiar con lejía todos los objetos que se hayan traído de fuera antes de guardarlos.
No es posible reducir el riesgo por completo, pero adoptando estas precauciones, podemos disminuirlo muy significativamente.
Medidas de prevención tomadas en Altiorem para cuidar a nuestros pacientes y nuestro propio personal.
- A los pacientes que presenten síntomas sugerentes de infección por coronavirus, les atenderemos telefónicamente, y si presentasen signos de gravedad, les recomendaremos acudir a su centro hospitalario de referencia.
- Hemos espaciado las citas presenciales, para evitar acumulo de pacientes.
- Hemos retirado las revistas de las salas de espera, para evitar vehículos de contagio
- Hemos provisto nuestro centro de dispensadores de gel hidroalcohólico a disposición de los pacientes y del personal de la consulta.
- Hemos intensificado la limpieza y desinfección del centro, haciendo especial hincapié en superficies, pomos de puertas, etc.
- Para protección de nuestro personal sanitario, se les ha facilitado guantes desechables de nitrilo, mascarillas FFP2, gafas protectoras y delantales de plástico para realizar la exploración de los pacientes.
- Por último, les rogamos que sólo acudan acompañados a su cita los pacientes dependientes, como son los menores de edad y las personas que precisan de asistencia para moverse. En el resto de los casos, les pedimos disculpas, pero, dependiendo de la ocupación del centro, es posible que pidamos a sus familiares/acompañantes que esperen fuera de la clínica, para evitar la proximidad a otras personas en la sala de espera.
Rogamos disculpen las molestias. Confiamos en su comprensión.
Pueden seguir información actualizada sobre la enfermedad por COVID-19 en la siguiente página del Ministerio de Sanidad:
https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/home.htm